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Emilio de Justo y Tomás Rufo, entre espadas y naturales

Emilio de Justo y Tomás Rufo, entre espadas y naturales

Final feliz con Emilio de Justo y Tomás Rufo a hombros por la puerta grande. Pero hasta llegar a esa foto ansiada, a ese epílogo que resume una corrida de feria, pasaron muchas cosas. Buenas, regulares y hasta malas, en una tarde de triunfo amable.Entre el lío con la espada que se llevó Emilio de Justo y los naturales al ralentí de Tomas Rufo fue la cosa, y todo con una corridita de Núñez del Cuvillo sin excesos en las formas, al contrario, y sin muchas ganas de embestir por derecho. Del cartel inicial se cayó el joven Marco Pérez, recuperándose de una fuerte voltereta, y se anunció por él al toledano, mientras que el incidente de la noche madrileña de Cayetano le impidió despedirse de los burgaleses. Daniel Luque vino en su lugar, en un festejo sin opciones para el sevillano.Noticia Relacionada COMUNICADO estandar No Cayetano no toreará este martes en Burgos tras ser detenido por la policía ABC El torero ya se encuentra en libertad, pero no podrá despedirse de la ciudad del CidSi los matadores tuvieran un carnet por puntos, Emilio de Justo hubiera sumado alguno por el estoconazo que le sacudió a su primero, pero hubiese perdido más de uno, de dos y de tres, por el infame bajonazo con que despenó al quinto. En aquel, la suerte suprema en toda su belleza. Arrancándose por derecho, muleta al hocico y la espada en todo lo alto, saliendo con limpieza con el toro rodado. Pero, apenas una hora más tarde, la misma disposición, o parecida, y el estoque que cae dos palmos más abajo. Un sartenazo, que no importó mucho, cosas del toreo moderno, ni a la mayoría del público, que pidió con fuerza la oreja, ni a la presidenta que no tuvo el menor reparo en entregar el trofeo. El mismo pañuelo blanco para una y otra acción, qué cosas.Antes del estoconazo y del bajonazo, el extremeño dio motivos para esa salida por la puerta grande, es cierto. El segundo cuvillo mostró poca codicia ya de salida, distraído en los primeros tercios, llegó a la muleta embistiendo bruto, frenándose y sin acabar nunca de entregarse. Con ese material le puso ganas Emilio en una primera serie por el pitón derecho, que fue a más en la siguiente. Con la zurda, el toro seguía desentendido, y De Justo se encorajinó a derechas y en un final por manoletinas. Digna la actuación. Faltaba el colofón ya descrito de la hora de la verdad. En los medios se perfiló y la estocada de libro y de premio, para recordar.El quinto se movió más, lo que le permitió cuajar una faena entregada. De rodillas en los medios para seguir dándole distancia y aprovechar las inercias. Se gustó en series con la derecha con la franela sin montar en muletazos de buen aire. El público se metió en la faena, que, sin embargo, tuvo el final del sartenazo ya contado. Tomás Rufo toreó muy despacio con el capote de salida al tercero, al que en el último tercio había que llevarlo cosido en la muleta. Acertó el torero, que con la mano izquierda comenzó una serie con un natural largo, otro más aún, y un tercero, como a cámara lenta, que se disfrutó por el temple, por el trazo inacabable llevándolo hasta atrás, y más. Fue el natural de nunca acabar, con el toro enroscado en la figura del torero. Un natural que marcó la faena y la tarde. Siguió Rufo muy metido con el toro, lo que caló fuerte. FERIA DE SAN PEDRO Coliseo de Burgos. Martes 1 de julio de 2025. Más de tres cuartos de entrada. Se lidiaron toros de Núñez del Cuvillo, desiguales en las menguadas formas y deslucidos. Daniel Luque, de rioja y azabache. Dos pinchazos y estocada (silencio). En el cuarto, pinchazo y dos descabellos (silencio). Emilio de Justo, de verde y oro. Gran estocada (oreja). En el quinto, bajonazo (oreja). Tomás Rufo, de nazareno y oro. Estocada corta (oreja). En el sexto, estocada desprendida (oreja).Y aún hubo algún muletazo con la izquierda ante el que cerró plaza más que reseñable. Salió a que la corrida no se le fuera, a por ese final feliz, a por la amable salida a hombros. Un cambiado por la espalda para el inicio a un toro que le costaba, pero al que consiguió llevar largo. Con la izquierda, más en línea hasta que, ya cruzado y hundido, lo enganchó y lo llevó largo, otra vez atrás. Se metió entre los pitones con el de Cuvillo hecho un marmolillo. Oreja y oreja, y a por la siguiente, que aquel natural en el mismo platillo, ahí queda.El que no tuvo opciones fue el sustituto de Cayetano. Luque toreó despacio al que abrió plaza en una faena sin eco por la nula casta del animal, y tuvo enfrente al cuarto, de embestidas mulares que acabó refugiado en las tablas.

Publicado el 01-07-2025 22:41

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