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Las flechas que acabaron con Leónidas y sus 300 espartanos

Las flechas que acabaron con Leónidas y sus 300 espartanos

En agosto del 480 a.C., en el cerro de Kolonós, en la puerta media del desfiladero de las Termópilas , y según narra Heródoto, « las flechas del enemigo cubrieron el sol ». Tras dos días de cruentas luchas e innumerables bajas del bando rival, las tropas de Jerjes consiguieron envolver al ejército griego y provocar una auténtica masacre.Los persas habían aparecido en el horizonte político griego algunas décadas antes, con la toma de territorios griegos en Asia Menor. El temor al persa, con sus numerosos ejércitos y su destreza con el arco, quedó reflejado en obras artísticas y literarias, entre ellas la tragedia 'Los persas', donde Esquilo describe a las tropas aqueménides como un « inmenso torrente de hombres ». La pericia de los persas con el arco y la jabalina, cultivada desde la infancia, fue descrita por Jenofonte , entre otros autores.Noticia Relacionada estandar Si Centuriones: el arma secreta que cohesionaba y hacía letales a las legiones romanas Manuel P. Villatoro Según el historiador Yeyo Balbás, este cuerpo mantenía vivas las tradiciones militares de la Ciudad EternaEn el 480 a.C., la amenaza era real: para impedir que los persas accedieran a la Grecia central tras la toma de Tesalia y para hacer frente a la superioridad numérica de las tropas persas - según los historiadores, los persas contaban con ocho soldados por cada hoplita griego -, los griegos eligieron el angosto desfiladero de las Termópilas como el lugar donde se produciría el choque entre las dos fuerzas enemigas. No contaban con que Efialtes de Mélide, posiblemente el traidor más célebre de la historia , guiaría a los persas por un sendero oculto del monte Kalidromos que les permitiría atacar por la retaguardiaJerjes pidió a los griegos que se rindieran y entregaran las armas, petición que fue contestada por Leónidas con el mítico «Molon labe»: ven y tómalas. Los griegos no tenían escapatoria , y el estratega espartano permitió huir de una muerte segura al ejército formado por unos siete mil hombres procedentes de Esparta , Tebas, Corinto, Micenas, Beocia, Etolia y Focea. Es lo que hicieron todos, salvo los tebanos -que al ser rehenes de Esparta, tuvieron que quedarse contra su voluntad-; los 300 espartanos, cuyas leyes les obligaban a permanecer en el combate ; y, por último, los tespieos, quienes decidieron quedarse «con absoluta libertad», negándose «a retirarse y a abandonar a Leónidas y a sus hombres». Desarmados, los hoplitas griegos que decidieron dar batalla hasta el final se defendieron «con sus dagas, quienes tenían la suerte de conservarlas todavía en su poder, y hasta con las manos y los dientes, cuando los bárbaros los sepultaron bajo una lluvia de proyectiles», como relata el padre de la Historia.Tras las huellas de TermópilasEn 1939, el arqueólogo griego Spyridon Marinatos quiso buscar los vestigios de la antigua batalla en lo que fue el desfiladero de las Termópilas. En Kolonós, recuperó decenas de puntas de flecha de tipo oriental , así como puntas de lanza y jabalina, con las que los persas derrotaron a los griegos en el 480 a.C., incluidos Leónidas y sus 300 hombres.Las puntas de flecha romboidales con tres aletas suelen ser los objetos más encontrados en los escenarios donde se han producido enfrentamientos entre griegos y persas. La comparación de las puntas encontradas por Marinatos con las halladas en Maratón, la Acrópolis de Atenas y en santuarios como el de Zeus en Olimpia -donde puntas de flecha de tipo oriental formaban parte de trofeos que celebraban las victorias contra los persas- fue fundamental para identificar el cerro de Kolonós como el lugar de la última resistencia de los griegos. Además, la presencia casi exclusiva de puntas persas -solo se encontró una punta de una lanza griega- respalda la versión de Heródoto de que los últimos contingentes griegos estaban desarmados y fueron abatidos por las flechas persas. En la actualidad, las puntas encontradas por Marinatos están custodiadas en una sala del Museo Arqueológico Nacional de Atenas . Compartiendo espacio con una reproducción del mecanismo de Anticitera y con un carro de combate, pasan casi desapercibidas para la mayoría de los 600.000 visitantes que acuden cada año la institución.La importancia de la derrotaLa derrota griega en Termópilas cobró tintes heroicos, y en el lugar de los hechos se erigieron monumentos conmemorativos a los caídos. En uno de ellos, los espartanos caídos en la batalla pedían al transeúnte que informase «a los lacedemonios que yacemos por obedecer sus leyes».A pesar de que han pasado 2.500 años desde la derrota, la resistencia heroica de los hoplitas griegos no ha sido olvidada. El sitio arqueológico de las Termópilas, visitado por miles de turistas cada año, se ha convertido en uno de los principales escenarios mundiales que simbolizan la victoria moral y el autosacrificio por la defensa del bien común. Cada mes de septiembre tiene lugar un festival para conmemorar la batalla. En palabras de los conservadores del Museo Arqueológico de Atenas « el sacrificio de los griegos en las Termópilas constituyó un ejemplo de fe y dedicación al deber, así como a los valores e ideales éticos más elevados».

Publicado el 22-08-2025 16:22

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